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19 de diciembre de 2009

Copenhagen y los acuerdos de mínimos

Estaba claro que no iba a suceder. Antes las grandes expectativas que los ciudadanos de a pie, o al menos una parte de ellos, teniamos ante el COP15, los líderes políticos no tenían la opción de cerrar la cumbre sin ningún avance. Nunca pensé que el partido terminaría con el marcador a cero. Un acuerdo de mínimos, cuyos detalles no conozco más allá del objetivo de evitar un incremento de la temperatura superior a 2ºC, salva la dignidad, o eso creen ellos, de estos líderes.

Ahora la pelota cambia de campo, y vuelve al campo del ciudadano que, hasta hoy, lo único que ha podido hacer es quejarse. La solución a este embrollo pasa también por nuestra actitud como consumidor , por la actitud de las empresas como promotoras de la consciencia necesaria para frenar el cambio climático y por nuestra actitud como ciudadanos del mundo.

Como consumidor, al igual que no consumí durante el mandato de Bush productos que yo tuviese el conocimiento cierto de que provenian de EEUU, al igual que siempre busco alternativas al producto chino hasta que se respeten los derechos humanos en este país - lo que no quiere decir que la encuentre sipre -, si realmente nos preocupa el cambio climático, pennalicemos los productos provenientes de los países que bloquean el avance de este tipo de cumbres. Véase una vez más EEUU y China.

Como empresa introduzcamos en nuestras estratégias de comunicación el valor añadido de la procedencia de nuestros productos de países comprometidos con el cámbio climático. De este modo conseguiremos una ventaja competitiva de cara a nuestros consumidores, y por otro y más importante, una labor social de conscienciación a la sociedad sobre la importancia de este asunto.

Como ciudadano del mundo, racionalicemos nuestro consumo energético. ¿Recuerdas aquello de "tu puedes pagarlo, el mundo no"? Aplícatelo

1 comentario:

Diana dijo...

Querido Voro, como ya has tenido tu ragalo del siglo, yo te deseo que lo disfrutes por mogollón de años.
Mucha felicidad para los tres y un biquiño para mi amigo .
Desde Coruña, Diana

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