La semana pasada, desde el 28 de septiembre al 1 de octubre, tuvo lugar la Feria Habitat en Valencia. Habitat es el nombre que ha tomado la tradicional Feria Internacional del Mueble de Valencia, tan importante en otros tiempos. Por supuesto, los medios de comunicación siguiendo los dictados de los políticos y organizadores del certamen, han promulgado a los cuatro vientos un éxito absoluto del mismo.
Todos aquellos que hemos vivido la feria, que conocemos el sector, y sufrimos la situación actual del mismo, sabemos que es todo una farsa.Los resultados reales distan mucho de los que se le han vendido a la opinión pública. Por supuesto siempre hay que enviar mensajes positivos, pero ojo, sin pasarse. El conjunto de mensajes que se ha trasmitido, justifica el inmobilismo, no es necesario hacer nada especial en el sector, todo está ben.
La realidad es otra. Como un ejemplo, la presencia internacional, de compradores me refiero, ha sido la más baja que recuerdo en las casi 20 ediciones que he vivido. Pero el problema, creo yo, no ha estado únicamente en una mala gestión de la promoción internacional, que la hay. Es más importante la falta de oferta , algo de interés que justifique el desplazamiento de un profesional del sector a nuestra ciudad, para algo más que comer paella y visitar las playas.
El sector necesita un impulso, desde dentro y desde fuera. Necesita una reflexión individual por parte de cada uno de los actores del mismo en busca del modelo de negocio que le permita crecer, o al menos simplemente sobrevivir, y una reflexión sectorial global, liderada por un organismo al que realmente le preocupe la situación del sector, y no simplemente su imagen pública.
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