Recuerdo con emoción el momento en que se presentó la ley de la dependencia. Y me sentí orgulloso de ser parte de un estado que se preocupa por sus ciudadanos, por su bienestar y que intenta redistribuir la riqueza, o una parte de ella, de un modo solidario. La misma sensación siento cada vez que se presentan nuevas propuestas para mejorar la sanidad, la educación, la protección de los más desfavorecidos. Por suerte, aún no he necesitado beneficiarme de estos avances sociales, pero estoy orgulloso de que en mi país, nos preocupemos de quienes si que los necesitan.
¿ Que pretendemos con la reducción de los impuestos? ¿ Desmontar todos estos avances? ¿ Desandar todo el camino ya recorrido para la igualdad?
Al mismo tiempo Rajoy pide a los suyos que copien el modelo de Camps en la Comunidad Valenciana. ¿ Cual es ese modelo? Ese modelo no es otro que desatender los principales derechos de los valencianos, dotándonos de una sanidad penosa, sin recursos, gastando el dinero de la educación en grandes fastos, gastando por doquier sin pensar en las necesidades de los ciudadanos.Eso si, controlando y manipulando los medios de comunicación para tender una cortina de humo que nos vuelva cada vez más egoístas e insolidarios.
Rajoy afirma también que los ciudadanos saben administrar el dinero mejor que el estado. Mejor que Camps, seguro que si.
Ese es el modelo de estado que propone el PP. Un estado sin servicios públicos, con una sanidad privada, con una educación pública deficiente en medios, que haga que los padres gasten sus ingresos en colegios privados, en médicos y hospitales privados, una copia en definitiva del modelo social, inexistente, de los EEUU.
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