El Tribunal Constitucional no da a basto. Ley nueva que sale del parlamento, zasca, recurso. Como los miembros del TC cobren las horas extras al mismo precio que lo hacen los controladores aéreos, de nada van a servir los recortes impuestos desde las administraciones para acabar con el déficit.
El Estatut de Catalunya y la Ley del Aborto son lo dos casos que están ahora en el candelero pero, ¿ cuantos recursos hay ahora mismo abiertos? Hemos llegado a un punto en el que toda ley, que suponga una armonización del marco legal en el que se vivimos, con la realidad de la sociedad y el estilo de vida actual, no cumple los principios constitucionales, y es "fácilmente" anulable o vetable.
Menos mal que el Tribunal Constitucional no actua de oficio y hace falta que exista algún "tocapelotas" que se dedique a cuestionarlo todo. Menos mal que el "tocapelotoas" no se puede meter con todo y poco a poco vamos avanzando.
No obstante, cuando se presentan los recursos y el TC los valida, se está constatando que algo está mal. Y lo que está mal no son las nuevas leyes, lo que está mal, lo que se está quedando atrás, es la Constitución Española de 1978. En 32 años España ha cambiado mucho, ya no hay sables haciendo ruido y es el momento de cambiar la norma.
De otro modo, va a ser imposible legislar en libertad. Toda ley que se promulgue supondrá un cambio que la "vieja norma" no va a admitir, y los tocapelotas siempre estarán ahí para eso, para tocarnos las pelotas a los que queremos vivir en libertad.
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