Fruto de una intensa y gratificante conversación con personas muy cercnas a mi he recibido en mi mente la necesidad de expresarme en un tema muy concreto. Pero que duro es no acordarse de cual.
Ese periodo temporal comprendido entre la última copa y la primera pulsación en el teclado, te abstrae y te lleva a la pérdida de ideas, eso si, con una satisfacción tremenda y con un amor por ti mismo que te hace sentir bien, una pérdida de ideas que te han parecido importantes y sobre las que te apetece opinar.
Que duro es no acordarse de nada.
Y simplemente no me acuerdo por que mi disfrute hace que esas ideas no sean tan importantes para mi vida ni para la de los demas, o al menos que no te lo parezcan.
Me mira raro.
Lo recordaré y escribiré algo brillante, por que mi idea lo era.
Ya lo recordaré.
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