Cuando desde Florida Universitaria me invitaron a colaborar en este evento y decir unas palabras como alumno participante en el programa de Másters que ésta universidad ofrece, comencé a reflexionar seriamente sobre los motivos por los cuales decidí realizar un Máster, la evolución como persona y como profesional que he experimentado a lo largo del mismo y los resultados finales que he alcanzado.
Vivimos en un mundo que evoluciona a una velocidad de vértigo, donde la aparición de avances tecnológicos y su posterior aplicación al mundo real, provocan cambios continuos en el campo de los negocios, y de la sociedad en si . Cambios que abren nuevas oportunidades que precisan de profesionales preparados. Preparados ante todo para descubrirlas, para moldearlas y posteriormente trazar el plan que permita valorizarlas, transformarlas en riqueza.
Las escuelas de negocio en general y Florida en particular, ponen al alcance de los profesionales que cuenten con inquietud formativa, el conocimiento necesario para que cada uno de ellos se convierta en una parte importante del motor que impulsa estos cambios.
Es necesaria una actualización continua de contenidos y ponentes para configurar cursos que realmente cubran las necesidades de conocimiento que son demandadas en las empresas. Es necesaria igualmente una actitud humilde, a la par que crítica, por parte de los participantes en estos cursos, para que el resultado de los mismos sea el esperado.
Nos demos cuenta o no, en estas acciones formativas el conocimiento se mueve de un modo multidireccional. Inicialmente fluye desde los distintos ponentes que imparten las materias a los alumnos, que lo maduran y analizan con un sentido crítico y personal,que lo hace crecer, que incrementa su contenido y es entonces cuando se difunde de nuevo al mercado a través de cada uno de nosotros. Ese es el momento mágico de la formación, cuando el esfuerzo individual se transforma en mejoras para muchos, y el esfuerzo de muchos, se transforma en mejoras para el individuo.
La formación tiene una doble componente, una componente de presente que nos permite navegar adecuadamente y capear los temporales que aparecen a lo largo de nuestra singladura, y otra de futuro que nos permite elegir las referencias adecuadas en base a las cuales trazar los rumbos correctos para nuestras carreras.
Hoy en día si seguimos las noticias relacionadas con la marcha de nuestra economía nos encontramos un parámetro importante para el análisis económico que es la nota que asignan las agencias de clasificación a las economías de los países y las empresas. Pues bien, actuando como una agencia de clasificación y evaluando las perspectivas generales de un profesional tras la realización de un Máster, indudablemente aplicaría una triple A.
La A de Aprender: La realidad del entorno social y empresarial en el que nos desarrollamos nos confirma continuamente lo importante y necesario que es contar con conocimientos actualizados y acordes al nivel de desarrollo de actividad en el que nos encontramos, o al que queremos llegar.
La A de Anexar , de unir experiencias personales, puntos de vista, ideas, de compartir sinergias entre los compañeros de los distintos máster , incluso con los docentes en más de una ocasión.
Durante un año, directivos y profesionales de diferentes sectores compartirnos algo más que un aula, compartimos inquietudes y los conocimientos que nos ayudan a cubrirlas, compartimos percepciones diferentes de un mismo tema, y el hecho de compartir tiene un efecto multiplicador que no podemos obviar.
Las relaciones personales que se crean en un curso de este este estilo es uno de los mayores activos que quedan en el bagage de cada uno de nosotros.
La tercera A es La A de Aportar: Con todo el conocimiento que adquirimos tenemos la obligación de aportar soluciones a nuestras empresas, de contribuir con la aplicación del mismo al desarrollo y mejora del mercado en el que realizamos nuestra actividad profesional.
Yo voy más lejos, tenemos la obligación de coger todo ese conocimiento, filtrarlo con nuestras experiencias personales , mejorarlo, amplificarlo y transmitirlo a otros para que lo utilicen.
Estas tres As tienen un componente común, COMPARTIR, y esa es una de las claves para el desarrollo futuro de nuestra sociedad y de nuestra economía. Los nuevos tiempos nos piden compartir más que competir.
Sinceramente creo que es necesaria una cuarta A, la A de Agradecer:. Agradecer a florida, a Bancaja, a la CEV y al resto de instituciones y empresas que se han ocupado de poner los medios técnicos y económicos necesarios para que esta experiencia vital, que es la realización de un máster de postgrado, este al alcance de cualquier persona, con unos contenidos y recursos de primerísimo nivel.
Gracias y espero que esta iniciativa siga y que muchos más estudiantes puedan acceder a este tipo de formación.